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8.6.11

ESTRUCTURA ORGÁNICA INVERSA

Viernes 3 de junio. Matemos el claro de luna! sesión 30: estructura orgánica inversa. Una intervención abierta, la frontera eterna de lo sensorial. El edificio: Conceptos de Filosofía de la Historia del alemán Walter Benjamin. La sensación: post punk, noise, industrial.


Walter Benjamin

La Alemania nazi y la Escuela de Frankfurt

A diferencia de Max Horkheimer y Theodor Adorno, autores de La Dialéctica del Iluminismo, Walter Benjamin no pudo escapar. En 1940, se suicidó en la frontera entre Francia y España, cerrada por los nazis. Para su mayor desgracia, al día siguiente la frontera fue abierta nuevamente. Poco tiempo antes, había rechazado la invitación de Adorno para huir a los Estados Unidos. Su negativa fue rotunda: todavía hay posiciones que defender. Cuando cayó en la cuenta de su error, era demasiado tarde.

La muerte del claro de luna: historia benjaminiana.

Como heredero del marxismo hegeliano pero a la vez acérrimo crítico de la visión teleológica del mismo, la historia del progreso -según Benjamín- no era un relato lineal teleológico que se desplegaba hacia la evolución del ser humano en la búsqueda de su inevitable liberación final, sino ese cúmulo de ruinas que se amontonan a espaldas del ángel en el cuadro Angelus Novus del pintor Paul Klee.

La historia, dice Benjamin, no es, no debería ser, el prolijo relato de los vencedores, sino la miríada de voces de los vencidos, de los silenciados por la historia oficial, que se cuelan por los intersticios de la misma.

No hay que dejarles la interpretación de los hechos históricos a los enemigos, dirá Benjamin. Ya que no sólo eso es lo que está en disputa: la historia, el progreso, esa tormenta que cae sobre las alas del ángel que por ello mismo no puede desplegarlas para huir en vuelo, es inevitable (¿allí radicaría, precisa y paradójicamente, una teleología benjaminiana?).

Lo único que podemos hacer es luchar por su interpretación, no dejársela al Anticristo (el fascismo), apunta el pensador de Frankfurt, acercándose, peligrosamente para muchos, a ese otro gran pensador alemán, vituperado por asistémico y “demasiado poeta”: Friederich Nietzsche, quien señalaba que no existían hechos morales, sino interpretación moral de los mismos.

En efecto, muchas de las críticas que sufrió el autor de Así habló Zarathustra, fueron parecidas a las que recibió Walter Benjamin, crítico literario, judío mesiánico, marxista, pensador a-dialéctico y amigo del dramaturgo y poeta Bertolt Brecht. Según Adorno y Horckheimer, todos atributos deleznables.